Buscar este blog

jueves, 9 de enero de 2014

Jugando a volar ...





No hubo trípode ni hubo mando a distancia. Las vi desde el coche. Había cientos de ellas posadas junto al agua. Como llevaba varios días tratando de conseguir que se fueran en desbandada, paré. Baje sin hacerme notar y cuando estaba a una distancia prudencial, me puse a correr dando gritos que hasta mi mujer, que quedó en el coche, y yo, nos asustamos del enorme jaleo que armé. Y después a disparar rápidamente para que la bronca hubiera servido para algo. Pero no os creáis, que éstas de ésta foto, son de la segunda tanda, porque no todas se fueron con la primera. Un momento genial. Lo haría todos los días si estuviera por allí.